domingo, 5 de febrero de 2012

Definición de espiritualidad...

Es el poder interior que todos tenemos dentro, que se encuentra dormido, hasta que alguien viene a despertarlo. La mística es lo más elevado de la espiritualidad. También trata sobre los fenómenos que no se pueden explicar racional o científicamente con los instrumentos actuales, pero que gracias a la física cuántica ya podemos comenzar a comprender. Todas las religiones del mundo tienen sus místicos representados en sus santos, contactos con la Divinidad, fenómenos y milagros que parecen leyenda, pero para los místicos es una realidad. Los místicos se encuentran por encima de los dogmas religiosos, aunque sus religiones tratan de que sean identificados como pertenecientes a estas a fin de que se piense que gracias a sus métodos se han convertido en místicos. Sin embargo, el místico está por encima de toda religión y está en contacto directo con la Divinidad. El místico, es aquel que se encuentra encima de toda creencia y ve que la especie humana es mucho más que una simple especie que solo satisface sus necesidades materiales. Busca la trascendencia y que su paso por esta existencia tenga un sentido. Es mas bien opuesto a su etimología. Mística proviene del verbo griego myein que significa encerrar, mystikós es cerrado, misterioso. Un místico es realmente una persona abierta, que busca la expansión, que no se encierra en conceptos únicos. Va mucho más allá del significado de la palabra. El misticismo se da en toda religión o creencia, ya sea monoteísta, politeísta, budistas, creencias personales, ritos, enseñanzas colectivas. Las religiones se inventaron para dar un sentido a la existencia, haciendo cada cultura o época sus propios conceptos. A través de estos conceptos el contacto con la Divinidad se hizo posible en forma masiva. Sin embargo, la Divinidad no tiene realmente ninguna forma y tampoco es patrimonio de ninguna religión, sino que está presente en todo. Esta presencia el místico la comprende y se dirige a ella directamente. Para conseguirlo, tiene que abandonar todo lo que le impide el contacto, principalmente la mente inferior. El misticismo ahora cobra mayor importancia dentro del concepto del laicismo. Las religiones han dogmatizado a muchos países e inclusive han llegado a retrasar su avance. El término laicismo proviene del griego laikós, alguien del pueblo. En donde existe absoluta separación del estado con las religiones, sin ninguna actividad tutelar para ninguna en específico. El concepto de Dios ha cambiado en cada cultura, pueblo, época. Pero los místicos nunca han tenido concepto alguno, sino que acuden a El simplemente. Siendo una fuerza o energía superior, que no sólo provoca actuaciones misteriosas producto de esta gran fuerza, sino que eleva la sabiduría, santidad, universalidad, en suma, una evolución superior. Un místico es aquel que tiene una evolución superior. Los primeros seres humanos creyeron en los fenómenos naturales como sus dioses, hasta que el concepto evolucionó en un Dios más lógico como el Dios Sol. Los romanos y griegos, así como los egipcios, incas, mayas creyeron en el Dios Sol. Esto ha sido hasta hace muy poco. Todos estos pueblos tuvieron su inteligencia y sabiduría y no debemos pensar que estaban equivocados. Era así como lo percibían. El concepto de Dios monoteísta tuvo su inicio en el Dios Sol. Las diversas religiones en el panteísmo, en donde Dios, el universo y la naturaleza son equivalentes. De esta filosofía nacen muchas religiones. Un místico cree en el Dios Sol, en el Dios monoteísta, y todo lo derivado del panteísmo. El místico no tiene un único concepto o creencia de Dios, simplemente Es. Cuando a un místico se le pregunta que es Dios, responderá Es. Pero que Es, volverá a decir Es. Un místico va directamente a Dios, se funde con El; como cuando una gota cae en el océano para convertirse en océano. Un místico no filosofa sobre Dios, sino que va a su encuentro. Este encuentro se hace muy dentro de si mismo, se desarrolla en su interior y, cuando se encuentra suficientemente desarrollado, se expande hacia el universo, hacia el Todo o Absoluto. De allí, que los hindúes, taoístas, budistas, tengan métodos del desarrollo de los chakras o centros de energía del cuerpo, que están dentro de los cuerpos sutiles que todos poseemos dormidos. Un místico es aquel que despierta la vida real o fuerza divina dentro de si. Al comienzo, se utilizan diversos sistemas, métodos, escuelas. El comienzo debe ser con la ayuda de ello, todos los grandes místicos han tenido un Maestro o ejemplo a seguir. Una vez emprendido el Camino, el místico se va desarrollando hasta lograr su objetivo. El principal camino es la meditación, de la que existen miles de escuelas a través de la historia. Se requieren condiciones especiales para la formación de un místico tanto en disciplina como en libertad. Sin embargo, un místico, a la vez es una persona común y corriente. Tiene sus necesidades, pasiones, temores, que poco a poco van perdiendo importancia hasta quedar en mínimo. Mientras tenga un cuerpo material, tendrá las implicancias físicas que ello trae. Pero, la visión, el concepto, su desarrollo interior, son totalmente diferentes al común de la gente. Es un ser evolucionado, con visión de otra naturaleza. Es un ser que opera con fuerzas superiores, que percibe otros estados de conciencia, que sabe el lenguaje del cosmos y de las energías del universo. Es un ser que siente en todo a la Divinidad y que finalmente se convierte en ella. Todos, tenemos la semilla de lo místico. Es un mundo muy rico en sensaciones. Es un mundo dentro de muchos mundos. Es poder ver lo que pocos ven en las diversas dimensiones de la existencia. Es vivir la vida en plenitud.

1 comentario:

Cristianismo Laico dijo...

MISTICISMO LAICO: Santa Teresa decía que los místicos cristianos se imaginaban su camino hacia el éxtasis o experiencia de trascendencia como una escalera al cielo que debería remontarse paso a paso. Esta escala de la perfección, tenía tres estados principales; el primero se llamaba la vida purgativa, el segundo la vida iluminativa y el tercero la vida unitiva, que representaba el estado de la perfecta contemplación. La vida purgativa necesita lógicamente una autodisciplina o ascetismo, ya que requiere del aislamiento de las cosas de este mundo para interiorizarse y auscultarse, haciendo un examen de conciencia identificando nuestros defectos o rasgos negativos que son la causa de nuestros pecados, para extinguirlos practicando las virtudes opuestas a nuestros defectos, hasta lograr el perfil de humanidad perfecta. Al inició de nuestro conocimiento interior, a medida que profundizamos en la oscuridad de los laberintos de la mente, psíquicamente experimentamos vivencias perturbadoras que nos obligan a asirnos fuertemente de la mano de Cristo imitando su vida ejemplo y enseñanzas para encontrar la salida. Hay ocasiones en que en nuestra vida cotidiana emerge inesperadamente el fenómeno espiritual de la transformación humana que provoca la extinción del ego viejo o muerte mística, mediante un doloroso proceso psíquico que nos lleva a deambular por la noche oscura donde no paramos de sufrir hasta eliminar todo apego, mordaza, dualismo, que nos impedían liberarnos de los viejos parámetros, creencias o dogmas equivocados que condicionaban nuestra vieja forma de ser. Provocando comportamientos superficiales o automatismos que nos impulsaban sin darnos cuenta al distorsionar la realidad que percibíamos. Impidiendo al ego nuevo renacer de sus cenizas, para dejar de sufrir creciendo espiritualmente hasta alcanzar la quietud de la mente en las turbulencias de la vida o paz interior antesala de la iluminación. Vida iluminativa necesaria para sanar las heridas profundas que emergen a nuestra conciencia, experimentando psíquicamente las vivencias traumáticas que nos acontecieron para poder afrontarlas al conocer la respuesta de la sabiduría interna a nuestros cuestionamientos y problemáticas intensas que nos hacen sufrir. La vida unitiva o éxtasis místico, no sólo es la meta, sino el fruto sagrado de la disciplina remota necesaria para inducir el éxtasis místico, donde a través de nuestro espíritu experimentamos la común unión de todos los seres y todas las cosas existentes en el universo existencial, manifestado e in-manifestado. Intimidad abismal profunda que nos revela el contenido de los arcanos que dan respuesta a nuestros interrogantes existenciales, de la cual emergemos transformados con los rasgos de una personalidad empática integralmente relacionada con nuestro entorno existencial que nos impulsa a servir a los demás al experimentar en carne propia el dolor ajeno sin que podamos evitarlo. http://www.scribd.com/doc/148809387/CRISTIANISMO-RELIGION-LAICA