sábado, 11 de octubre de 2014

"Construyendo nuestra Inteligencia Emocional"

 
Esto lo indica un artículo recientemente publicado y vale la pena conocer algunas de sus hipótesis. El experto en capacitación y liderazgo Dan Bobinski, afirma en un artículo que publicó en el “Management Issues”, que la inteligencia emocional se puede aprender, como cualquier carrera o asignatura de la universidad o la escuela. Sus investigaciones afirman que la única diferencia (o la más grande) entre los líderes destacados y los promedio, es cómo saben utilizar su inteligencia relacionada a las emociones. Es posible, a su entender, no sólo aprender, sino también conocer, exaltar y hasta controlar lo que nos ocurre para aprovecharlo en variadas áreas, como los negocios, pero también en la pareja, con los hijos, la familia, el entorno, etc.
 
La inteligencia emocional es una capacidad que tienen algunas personas (que ya han aprendido del tema) para poder percibir, entender y controlar lo que sienten ellos mismos y los demás, para sacar ventaja de ello. Esto no quiere decir que sean malas personas, sino que tienen un “plus” que otros no, y lo aprovechan.
 
Los niveles de inteligencia emocional pueden derivar en un negocio exitoso o un fracaso, una buena relación matrimonial o un divorcio, una excelente formación de los hijos o adultos que no tuvieron límites durante la infancia, etc. Los que ocupan los más altos cargos en las mejores empresas del mundo, tienen, entre otras características, un buen control de su inteligencia emocional (y conocimientos sobre lo que sienten aquellos que los rodean).
 
Hay muchos conceptos que engloban a la inteligencia emocional, muchos de ellos complejos, y que vale la pena ser analizados detalladamente, existen también cosas que los “seres humanos normales” podemos utilizar para mejorarla.
 
Claves para comprender la inteligencia emocional:
 
Cuando pensamos en diferentes personalidades, es preciso descartar a los “buenos” y los “malos” de nuestro análisis. Simplemente hay personas que difieren entre si. La gente suele asociar la palabra “diferente” con “difícil”, pero esto no es cierto. Lo complicado es así, solamente cuando no estamos capacitados para hacerlo, más allá de que sea diferente o no. Las personas tienen fortalezas y también debilidades. Además, es bueno recordar que cada virtud tiene un defecto asociado y viceversa.
 
Escoge cuál de los dos extremos opuestos quieres tomar para trabajar y mejorar.
 
Es necesario estar enfoad@s en lo que se hace bien y no en los errores.
 
Ten en cuenta que “quién se focaliza en las fortalezas se hará más fuerte y quién presta atención a las debilidades se convertirá en más débil”. El esfuerzo constante de buscar y encontrar las virtudes en el otro tiene sus frutos. Es como la cosecha después de una buena planificación de la siembra.
 
Trata de conseguir siempre la fortaleza del otro y de ti mism@. Si se espera que todos estén en la misma posición y terreno, haciendo las mismas cosas, nunca se llegará al éxito. Cada persona es única e irrepetible en el mundo
 
Es preciso saber qué es lo que significa el éxito y las ganancias para los demás. La definición propia no siempre es compartida. Así será más fácil lograr los objetivos grupales, sin dejar de lado los propios. Si sólo se trabaja en pos de conseguir las metas personales y todo el esfuerzo está por encima de la misión o visión del equipo, habrá muchas divisiones y debilidades que no permitirán maximizar los resultados. La efectividad está relacionada a hacer lo correcto. La eficacia, a hacerlo rápido.
 
Recuerda lo que cada concepto significa. Los mejores resultados se consiguen cuando se toma el tiempo necesario para hacer las cosas bien.
 
Fuente: Post de "La mente es maravillosa"
 

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