Acabo de subir después de charlar con Be en uno de los
bancos del mítico y querido pasaje John Lennon. Ese
lugar especial en el mundo para nosotros.
En ese terreno hemos asistido a grandes momentos que
mas tarde o más temprano significaron un quiebre a
nuestras realidades. Por eso es nuestro lugar tótem.
Nuestro templo ocasional, entre tantos otros.
Allí comenzó lo que llamamos “En busca de la
revolución”. Allí se pergenio toda conspiración para ser
felices. Allí hemos decidido ir a la guerra. Allí nos hemos
emocionado y nos hemos rodeado de grandes
aspiraciones en la vida. Allí hemos desobedecido a la
falsa autoridad, a las revueltas de revueltos familiares,
personales, espirituales, de aquí, de allá, de ella, míos,
de universos expandidos como las sonrisas sinceras.
Una noche más, después de visitar el chino de
Esquerdo, nos sentamos en nuestro centro estratégico.
No podemos, ni queremos negar el caos, por el contrario
queremos realzarlo como prueba del pedazo de viaje que
nos hemos pegado a bordo de MDS. Cual peonza loca de
giros, nosotros, hemos asumido lo caótico de este
momento. Como dicen por aquí “Por narices”, para ser
suaves, que significa porque no nos quedaba más salida
habilitada para abandonar el incendio en cada uno de
nuestros cuatro costados. Ese fuego sin dudas es el de
la pasión que sentimos por la vida, por la radio en
nuestras vidas.
En nuestra reunión de esta noche han surgido nuevos
patrones en ese caótico panorama al cual recién hacía
referencia.
Esos patrones resultaran convertirse en nuevas formas
y nuevos desafíos para nuestro Mar de sentimientos.
Nos sentimos como quien regresa al puerto después de
una larga travesía y sabe en su interior que necesita
armarse de nuevas herramientas para llegar más lejos la
próxima
Nuestro principal interés siempre ha sido el de descubrir
nuevas formas y nuevos contenidos dentro del
panorama de nuestras emociones con el fin de
compartirlas con la mayor cantidad de personas
posibles. Porque hemos comprendido todo el
crecimiento que este rumbo nos ha aportado y porque
existen submarinistas a los que hemos visto
reconstruirse a partir de las herramientas que la
ecología emocional les ha ofrecido. Nuestro trabajo es
simbiótico con nuestra audiencia. Juntos atravesamos
esa hora de pura aventura emocional. Juntos nos
miramos a nosotros mismos y compartimos esa especie
de viaje interior que os proponemos cada lunes.
Cada uno de vosotros sois ese pequeño arroyo de
emociones que también somos nosotros y todos juntos
vamos de camino a reunirnos para formar un gran mar
de sentimientos.
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