El documento, considerado una "biblia" en el área,
podría diagnosticar como mentalmente enfermos a millones de personas
saludables.
En un análisis
crítico de una revisión próxima a salir del Manual Diagnóstico y Estadístico de
Trastornos Mentales (DSM por su sigla en inglés), psicólogos, psiquiatras y
otros expertos dijeron que las nuevas categorías de enfermedad mental
identificadas en el libro son en el mejor de los casos "tontas" y, en el peor,
"preocupantes y peligrosas".
"Muchas personas
que son tímidas, que están desconsoladas por la muerte de un familiar o tienen
vidas románticas poco convencionales, de pronto se verán catalogadas como
mentalmente enfermas", dijo Peter Kinderman, jefe del Instituto de Psicología de
la Universidad de Liverpool, en una conferencia en Londres sobre la expandida
preocupación por el manual.
"No es humano, no
es científico y no ayudará a decidir qué ayuda necesita una persona", agregó
Kinderman.
El DSM es
publicado por la Asociación Psiquiátrica Estadounidense (APA), y reúne síntomas
y otros criterios para diagnosticar trastornos mentales. El manual es usado a
nivel internacional y es considerado una "biblia" para el diagnóstico en el área
de la medicina de la salud mental.
Nadie de la APA
estaba inmediatamente disponible para realizar comentarios.
Más de 11.000
profesionales de la salud ya firmaron una petición para que se detenga la quinta
edición del manual y se revisen ciertas cuestiones.
Algunos
diagnósticos -como el "trastorno oposicional desafiante" y el "síndrome de
apatía"- se arriesgan a una devaluación de la seriedad de la enfermedad mental y
a medicalizar conductas que la mayoría de las personas considerarían normales o
simplemente algo excéntricas, dijeron los expertos en su
crítica.
Al otro lado del
espectro, el nuevo DSM (cuyo lanzamiento está previsto para el próximo año)
podría otorgar diagnósticos médicos a abusadores y violadores -bajo etiquetas
como "trastorno coercitivo parafílico"-, lo que les brindaría la posibilidad de
evitar la prisión probando lo que podría ser visto como una excusa para su
conducta, agregaron.
Radical,
imprudente e inhumano
Simon Wessely,
del Instituto de Psiquiatría del King's College de Londres, dijo que una mirada
retrospectiva a la historia debería hacer que los expertos en salud se
pregunten: "¿Necesitamos todas estas etiquetas?".
Wessely manifestó
que el Censo de 1840 de Estados Unidos incluía sólo una categoría de trastorno
mental, pero que en 1917 la APA ya reconocía 59. Esa cifra aumentó a 128 en
1959, a 227 en 1980 y se llegó a catalogar unos 350 trastornos diferentes en las
revisiones del DSM en 1994 y el 2000.
Allen Frances, de
la Duke University y jefe del comité que controló la revisión previa del DSM,
dijo que la quinta edición "expandiría radicalmente y de manera imprudente las
fronteras de la psiquiatría", y provocaría una "medicalización de la normalidad,
las diferencias individuales y la criminalidad".
David Pilgrim, de
la Universidad Central de Lancashire en Gran Bretaña, dijo que era "difícil
evitar la conclusión de que el DSM-5 favorecerá los intereses de las compañías
farmacéuticas".
"La locura y el
sufrimiento existen, pero se presentan de muchas formas y con distinto grado",
dijo Pilgrim. "Nos arriesgamos a tratar la experiencia y la conducta de las
personas como si fueran especímenes botánicos esperando por ser identificados y
categorizados en etiquetas rígidas", añadió.
"Eso en sí sería
una forma de locura colectiva para todos aquellos cómplices del ejercicio
continuo pseudo-científico", expresó el experto de
Lancashire.
Nick Craddock,
del departamento de medicina psicológica y neurología de la Universidad de
Cardiff, quien también habló en la conferencia en Londres, citó la depresión
como el ejemplo clave en el que yerran las categorías amplias del
DSM.
Mientras que en
ediciones previas, una persona que perdió recientemente a un ser amado y eso
impacta en su estado de ánimo era considerada alguien que experimentaba una
reacción humana normal al sufrimiento por esa pérdida, los nuevos criterios del
DSM ignorarían la muerte, mirando sólo los síntomas y clasificando a ese sujeto
como un paciente con depresión.
Otros ejemplos de
diagnósticos calificados por los críticos como problemáticos incluyen el
"trastorno del juego", el "trastorno por adicción a internet" y el "trastorno
oposicional desafiante", una condición en la que un niño se "resiste activamente
a cumplir con la mayoría de los pedidos" que se le hacen y "realiza acciones
deliberadas para enojar a otros".
"Esto implica
básicamente a los chicos que dicen 'no' a sus padres más de una cierta cantidad
de veces", dijo Kinderman. "Con ese criterio, muchos de nosotros tendríamos que
decir que nuestros hijos están mentalmente enfermos",
agregó.
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